jueves, 13 de marzo de 2014

Roma: 4 días y 100 helados; Vaticano: perdidos en el país más pequeño del mundo


Despegando desde Santander

Miércoles, 6 de la mañana: comienza el viaje. Vamos en autobús camino de Santander. Al principio todo son risas, charla y música de los móviles, pero poco a poco nos vamos tranquilizando y mientras algunos duermen otros escuchan música tranquilamente. Me incluyo entre los últimos. Cuando los rayos del sol comienzan a cobrar fuerza, la batería de mi móvil hace igual que mis amigos y se duerme, así que me quedo sin música. Cojo mi querido ladrillito (el libro Danza de Dragones)  y leo hasta que llegamos al cementerio de al lado del aeropuerto (buen augurio donde los halla).



Llegando a Roma

Después de unas horas de espera y de vuelo llegamos a Roma. El avión sobrevuela la ciudad y puedo ver sus callejuelas, el Vaticano y el Coliseo. Dejamos las cosas en el hotel y comienza el tour. Primera parada: Fontana di Trevi. Supongo que sabréis que es, como es... el cine ya la ha mostrado hasta la saciedad. Pero te explicaré el noble arte del lanzamiento de moneda en la Fontana  di Trevi.


  1.  Primer paso: buscar un hueco entre la manada turística, compuesta en gran parte por japoneses. 
  2. Segundo paso: coger monedas pequeñas, puesto que dan el mismo resultado que las de más valor. 
  3. Tercer paso: el más importante, hay que tirar la moneda con la mano derecha sobre el hombro izquierdo y sin llegar a ver donde cae o no surtirá efecto.
  4. Cuarto paso: repetir el paso tres según el resultado, porque no está hecha para pedir deseos. Con una moneda volverás a Roma, con dos monedas conocerás el amor de la mano de un italiano o italiana y con tres te casarás con dicho italiano o  italiana. Eso es lo que me contaron, espero que fuera cierto.
 Tiradas ya las monedas, vamos andando al Panteón, impresionante edificio construido, obviamente, por los romanos. Seguimos recorriendo Roma y visitando distintas plazas, en las que se puede escuchar muchos músicos callejeros, muy buenos, además de pintores, aunque hay que soportar a los vendedores de láseres e inútiles cacharros varios. Volvemos al hotel con los pies doloridos (algo que se repetirá todos los días) y a dormir.
La entrada del Panteón


Cúpula de la Basílica de San Pedro
Jueves, a perderse por el Vaticano! (literalmente). Ese día la profesora impuso un ritmo incluso más rápido que los otros días y fuimos hasta el Vaticano, donde recorrimos sus museos. Contemplamos estatuas, y estatuas, y más estatuas. Muchas eran hermosas, casi todas de mármol, pero la velocidad con las que pasamos de una habitación a otra, y los rugidos de mi hambriento estómago no me permitieron apreciarlas debidamente. Eso si, cuando nos perdimos tres amigos y yo (o nos abandonaron, mejor dicho) pudimos mirarlo todo tranquilamente. Una de las salas más impresionantes fue la Capilla Sixtina, pero puedo decir mucho sobre ella que no se haya dicho ya . Es enorme, llena de pinturas entre las que destaca, en el centro, la conocidísima imagen de Dios y Adán. Ah! No dejan sacar fotos, pero alguna clandestinamente...
 Salimos de los museos y vamos a la Basílica de San Pedro, que me pareció aún más impresionante que la Capilla Sixtina. La Capilla Sixtina parece un cuartito comparado con la Basílica, cualquier catedral queda se convierte en una pequeña iglesia de pueblo comparada con esa mole. Salimos y volvemos a perdernos en el país mas pequeño del mundo (los demás se fueron mientras sacábamos fotos). Vamos a comer (a eso de las tres y media-cuatro, todo el mundo famélico) y como mi primer helado italiano. Lo que venden allí no son helados, son pequeñas porciones de nubes, de néctar y ambrosía. Si vais a Italia y no probáis uno, el viaje no ha valido la pena. Me da igual el número de vueltas que deis por el Coliseo, o si rezáis en el Vaticano. Probad un helado, del sabor que sea.



El resto del jueves fue caminar y caminar por las calles de Roma, contemplando plazas y desgastando las suelas de los zapatos. Llegamos al hotel después de cenar pasta y pizza, aunque esta noche no me fui a dormir tan temprano. Fui a la habitación de unos amigos, estuvimos charlando escuchando música, lo tipico. Me fui cuando me entró el sueño, y me perdí lo interesante. Unos estudiantes de Valencia utilizaron esa habitación como cabeza de turco por los ruidos que ellos provocaban, por lo que el de recepción entró y dispersó a la gente, vamos, que cada mochuelo para su olivo, pero de muy mala leche.



Viernes, Coliseo y Foro Romano. Bueno, en este tema una imagen vale más que mil palabras, y hay miles de fotos de estas ruinas. Son igual de majestuosas que en las fotos tranquilos, no decepcionan. Paseando entre ellas pareces volver siglos atrás, aunque los que pasean por la zona usen móviles, tablets y cámaras. El resto del viernes seguimos visitando distintas partes de la ciudad, pero nada tan impresionante como el Coliseo y el las ruinas del Foro. Por la tarde volvimos temprano al hotel y descansé mientras algunos amigos iban a comprar al Hard Rock Café. Cuando llegaron fuimos a un pub a tomarnos una cerveza (irlandesa, no italiana).

El sábado visitamos tranquilamente el museo Capitolino, donde... sorpresa sorpresa!! Había estatuas (con esto no quiero decir que las estatuas fueran malas oaburridas, solo es que había visto unas mil). Al mediodía fuimos al Campo de Fiori, una zona con las típicas callecitas y callejones, donde todas las casas son de distintos tonos tierra y los tejados son de añejas tejas de arcilla. En el Campo de Fiori hay un encantador mercado repleto de flores, fruta, especias y souvenirs. Después de comernos otro helado, nos fuimos de allí, dimos un par de vueltas, pasamos por el hotel y nos vamos a cenar. Vamos a un restaurante latino en el que comimos una parrillada deliciosa, barata y con un buen servicio (como en todos los lugares en los que comí).
Unas cervecitas en un pub con los colegas y de vuelta al hotel. Se acabó la diversión. Por la mañana hicimos las maletas, desayunamos y fuimos al aeropuerto, y después de unas horas de monótono y somnífero viaje estábamos de vuelta en casa. Espero que tanta moneda en la Fontana di Trevi sirva de algo y vuelva a esa preciosa ciudad!



P.S: Aquí os dejo unas fotos más de la ciudad para que las disfrutéis










shh! Si os preguntan, no habeis visto esta foto





¿A que es fotogénica la gaviota?






Aqui tenéis el Foro Romano






















3 comentarios:

  1. Muy bueno Juanma, me ha gustado mucho!!

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  2. Hermosas imágenes! bonitta historia! gracias por traernos un poco de esa bella ciudad para que podamos apreciarla!
    Saludos!

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