Comienza el viaje. Una excursión con el instituto. Toda la noche poniendo a prueba mi espalda mientras intento dormir en los asientos del autobús. Soy bastante hábil por lo que conseguí dormir varias horas. Me despertaba varias veces, estiraba la espalda, escuchaba los crujidos de mis vértebras, y volvía a dormir.
El resumen es bastante sencillo. No dormía por las noches, eran la ocasión perfecta para hacer el tonto con mis amigos. Los viajes en autobús eran la ocasión perfecta para recuperar algunas horas de sueño. Luego, el resto del tiempo, vagábamos por ahí mientras yo sacaba fotos a toda velocidad, dando la imagen del típico turista pánfilo.
El jueves por la mañana, mientras visitaba el Senado, tuve que responder a una pequeña entrevista por parte de una radio de mi ciudad. Fue bastante surrealista tener que responder entre susurros, escondido mientras la guía explicaba y teniendo que hablar en gallego,teniendo que decir que íbamos a visitar, pero yo no tenía ni idea. Después habló con la radio la profesora, que no fue tan discreta (se la escuchaba mejor que a la guía). Después de comer tocó visitar el Congreso. Imaginaos una enorme clase de malos estudiantes, jugando con el móvil, hablando entre ellos y sin atender al tema que se trata. A eso añadís unas cuantas arrugas, una decena de corbatas y ¡voilà! ya tenéis el congreso. Después de eso nos dirigimos indignados al hostal mientras criticábamos a los ministros. Fuimos al teatro, donde vi un gran espectáculo de danza, aunque he de admitir que estuve durmiendo unos cuantos minutos (por culpa del cansancio, no del aburrimiento). Además, muchos de mis compañeros se durmieron, y durante más tiempo que yo.
El viernes comenzamos la jornada visitando el Palacio de la Bolsa. Es muy bonito, pero nos quedamos decepcionados al descubrir que no podíamos comprar acciones allí. Fuimos al palacio real, donde una panda de sanguijuelas caraduras se nos acoplaron para poder tener un guía (que nuestro grupo había pagado) por la gorra. Contraatacamos con una serie de medidas como gritar "indirectas", dejarles pasar antes de continuar la explicación, bloquearles el paso y colocarnos los más altos delante de ellos para no dejarles ver (no soy muy alto, pero servía como barrera porque los caraduras eran más bajos). El palacio es precioso. Pudimos ver un cuarteto de cuerda Stradivarius y una decena de habitaciones extraordinariamente decoradas, cada una totalmente diferente de la anterior. Por la tarde fuimos a visitar el Museo del Prado. Como llegamos tarde no había guías, por lo que nos tuvieron esperando una hora para que estuviera libre un guía que nunca llegó. Tuvimos que conformarnos con una visita relámpago con las explicaciones de la profesora y teniendo cuidado de estar dispersos, porque no podía haber grupos de más de ocho personas.
El sábado fuimos a Toledo. Bendito viaje en autobús. Todos lo aprovechamos para dormir lo que no habíamos dormido por la noche. Lo primero que hicimos fue ir a un mirador, desde que saqué algunas fotos en las que se ve el ambiente medieval de la ciudad. Maldita guía turística. Al principio escuché sus explicaciones, pero se iba por las ramas y se extendía tanto que dejé de atender, cogiendo solo pequeños fragmentos de su discurso. Cada vez estaba más hambriento y ella seguía hablando y hablando, por lo que mi odio hacia ella iba en aumento. Después de comer fuimos a patinar sobre hielo, donde un par de buenos amigos, al ver que sabía patinar y no lograba caerme, decidieron ayudarme. Después de esquivarlos uns docena de veces, lograron tirarme. Intenté vengarme, pero salí mal parado un par de veces, y cuando le estaba cogiendo el tranquillo a ese juego, me echaron la bronca a mi y a todos mis compañeros por nuestra forma de patinar un tanto kamikaze. Después ya volvimos a Madrid
El domingo nos fuimos de Madrid. Visitamos el Escorial donde vimos decenas de tumbas reales, llenas de esculturas y lujos, y el Valle de los Caídos. El valle es bastante bonito, pero al meterse en la basílica subterránea, en la que está enterrada Franco, todo se vuelve tétrico y oscuro. Nos dirigimos a Segovia, donde comimos. Visitamos el alcázar. Un hermoso castillo de estilo centroeuropeo, a pesar de estar en España, en el que esperas encontrarte con Blancanieves o la Bella Durmiente en cualquier momento
Se terminó el viaje, volvíamos a Burela. Llegamos pasadas a las doce y me reencontré con mi cama, de la que no me separé en doce horas.
P.S.: A partir de aquí empiezan las fotos. Todas la que no tienen leyendas son de Madrid.
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Esta es la biblioteca del Senado |
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Toledo desde un mirador |
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El Río Tajo a la altura de Toledo |
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Aqui podéis ver la catedral de Toledo |
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Mirando estas hojas heladas os imaginareis el frío que pasé, algo que no se nota en las demás fotos, repletas de cielos despejados |
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Una de las torres de la catedral de Toledo |
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Estas son algunas de las joyas guardadas en la catedral |
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Patio de el Escorial |
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Aqui empiezan las fotos del Valle de los Caídos |
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Este es el famoso acueducto de Segovia. A partir de aquí, todas las fotos fueron sacadas en Segovia |
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EL alcázar de Segovia, una de las insprraciones de Walt Disney para la creación del castillo de Disney |
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